Todo
el mundo debería estar muy atento y ser consciente de lo que
come. Y digo esto especialmente para el meditador.
Para el meditador, estar atento a lo que come, cuánto come y cómo afecta a su cuerpo es algo necesario. Si lo experimentas con atención durante unos meses sin duda encontrarás cuál es la comida adecuada para ti, qué alimentos te dan tranquilidad, paz y salud. Realmente no es difícil, pero como no prestas demasiada atención a tu alimentación, nunca eres capaz de descubrir cuál es la alimentación correcta.
La segunda cosa sobre la alimentación es que cuando estás comiendo, tu estado mental es mucho más importante que lo que comes. La comida te afectará de un modo distinto si comes con alegría y felicidad que si comes cuando estás lleno de tristeza y preocupaciones. Si comes cuando estás en un estado de preocupación, hasta la comida más sana tendrá un efecto venenoso. Y si comes con alegría a veces es posible que ni siquiera un veneno pueda llegar a afectarte totalmente, es muy probable. Por tanto, es muy importante el estado de tu mente cuando estás comiendo.
En Rusia había un gran psicólogo llamado Pavlov. Hizo algunos experimentos sobre animales y llegó a una conclusión asombrosa. Experimentó sobre gatos y perros. Le dio de comer a un gato y después lo observó en un aparato de rayos X para ver qué le había sucedido en el estómago después de alimentarse. Cuando la comida entró en el estómago, inmediatamente segregó jugos digestivos. Al mismo tiempo pusieron un perro a la ventana del cuarto donde estaba el gato. Cuando el perro ladraba y el gato se asustaba, el aparato de rayos X mostró que se detenía la secreción de jugos gástricos. El estómago se cerró; se encogió. Entonces se llevaron al perro, pero durante seis horas el estómago del gato siguió en las mismas condiciones. Al cabo de seis horas, cuando empezó a segregar de nuevo jugos gástricos, la comida ya no estaba en estado digerible: se había quedado sólida y era difícil de digerir. Cuando la mente del gato se preocupó por la presencia del perro, el estómago dejó de trabajar.
¿Qué pasa con tu situacion? Vives preocupado las veinticuátro horas del día. Es un milagro que digieras la comida que comes, ipero la existencia lo consigue a pesar de ti. Tú no tienes deseos de digerirla. Es un absoluto milagro que se pueda digerir. iY también es un milagro que sigas vivo! Tu mente debería estar en un estado de gracia y de dicha. Pero en vuestras casas, la mesa del comedor está en el estado más deprimente.
La esposa se pasa todo el día esperando a que llegue el marido y todo el dolor emocional que ha ido acumulando en las últimas veinticuatro horas se desata mientras el marido está comiendo. No sabe que está actuando como si fuese un enemigo. No sabe que está sirviendo veneno en el plato de su marido. El marido también tiene miedo y está preocupado después de un largo día de trabajo, engulle la comida y se marcha. No tiene ni idea de que este acto que ha realizado tan rápido y del que ha huido debería haber sido un acto de devoción. No es algo que haya de hacerse deprisa y corriendo. Se debería hacer igual que se entra en un templo, igual que uno se arrodilla para rezar, igual que alguien se sienta para tocar su veena, o igual que alguien le canta una canción a su amado. Este acto es incluso más importante: está alimentando su cuerpo. Debería hacerse en un estado de tremenda beatitud; debería ser un acto amoroso y piadoso. Cuanto más alegre y feliz, y cuanto más relajada y sin preocupaciones esté una persona al comer, más se convertirá su comida en una buena alimentación.
Una dieta violenta no significa solamente que una persona coma comida no vegetariana; comer con rabia también es una dieta violenta. Ambas cosas son violentas.
OSHO. Libro del Hara.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------Para el meditador, estar atento a lo que come, cuánto come y cómo afecta a su cuerpo es algo necesario. Si lo experimentas con atención durante unos meses sin duda encontrarás cuál es la comida adecuada para ti, qué alimentos te dan tranquilidad, paz y salud. Realmente no es difícil, pero como no prestas demasiada atención a tu alimentación, nunca eres capaz de descubrir cuál es la alimentación correcta.
La segunda cosa sobre la alimentación es que cuando estás comiendo, tu estado mental es mucho más importante que lo que comes. La comida te afectará de un modo distinto si comes con alegría y felicidad que si comes cuando estás lleno de tristeza y preocupaciones. Si comes cuando estás en un estado de preocupación, hasta la comida más sana tendrá un efecto venenoso. Y si comes con alegría a veces es posible que ni siquiera un veneno pueda llegar a afectarte totalmente, es muy probable. Por tanto, es muy importante el estado de tu mente cuando estás comiendo.
En Rusia había un gran psicólogo llamado Pavlov. Hizo algunos experimentos sobre animales y llegó a una conclusión asombrosa. Experimentó sobre gatos y perros. Le dio de comer a un gato y después lo observó en un aparato de rayos X para ver qué le había sucedido en el estómago después de alimentarse. Cuando la comida entró en el estómago, inmediatamente segregó jugos digestivos. Al mismo tiempo pusieron un perro a la ventana del cuarto donde estaba el gato. Cuando el perro ladraba y el gato se asustaba, el aparato de rayos X mostró que se detenía la secreción de jugos gástricos. El estómago se cerró; se encogió. Entonces se llevaron al perro, pero durante seis horas el estómago del gato siguió en las mismas condiciones. Al cabo de seis horas, cuando empezó a segregar de nuevo jugos gástricos, la comida ya no estaba en estado digerible: se había quedado sólida y era difícil de digerir. Cuando la mente del gato se preocupó por la presencia del perro, el estómago dejó de trabajar.
¿Qué pasa con tu situacion? Vives preocupado las veinticuátro horas del día. Es un milagro que digieras la comida que comes, ipero la existencia lo consigue a pesar de ti. Tú no tienes deseos de digerirla. Es un absoluto milagro que se pueda digerir. iY también es un milagro que sigas vivo! Tu mente debería estar en un estado de gracia y de dicha. Pero en vuestras casas, la mesa del comedor está en el estado más deprimente.
La esposa se pasa todo el día esperando a que llegue el marido y todo el dolor emocional que ha ido acumulando en las últimas veinticuatro horas se desata mientras el marido está comiendo. No sabe que está actuando como si fuese un enemigo. No sabe que está sirviendo veneno en el plato de su marido. El marido también tiene miedo y está preocupado después de un largo día de trabajo, engulle la comida y se marcha. No tiene ni idea de que este acto que ha realizado tan rápido y del que ha huido debería haber sido un acto de devoción. No es algo que haya de hacerse deprisa y corriendo. Se debería hacer igual que se entra en un templo, igual que uno se arrodilla para rezar, igual que alguien se sienta para tocar su veena, o igual que alguien le canta una canción a su amado. Este acto es incluso más importante: está alimentando su cuerpo. Debería hacerse en un estado de tremenda beatitud; debería ser un acto amoroso y piadoso. Cuanto más alegre y feliz, y cuanto más relajada y sin preocupaciones esté una persona al comer, más se convertirá su comida en una buena alimentación.
Una dieta violenta no significa solamente que una persona coma comida no vegetariana; comer con rabia también es una dieta violenta. Ambas cosas son violentas.
OSHO. Libro del Hara.
Respetar y agradecer la enseñanza en el gran maestro "EL SILENCIO".
atte. Indra Marisol
Terapeuta Corporal Holistica.
citas
5511749988
WATTS
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pueden mandarme sus dudas al:
correo masajesmarisol@hotmail.com
reflexion-
-El verdadero guerrero tiene en claro que la batalla es lo último a lo que llegar; antes de eso estará siempre abierto al diálogo y al acuerdo. Superada esta instancia, será un buen perdedor si eso le toca en suerte, y, sobre todo, sabrá tratar con nobleza y dignidad a su rival una vez que lo haya vencido…
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