jueves, 14 de enero de 2016

CARTA SIN DESTINO N. 3

¿Hacer lo correcto? ¡Qué diablos! jamás en mi vida me he sentido tan viva como ahora, he decidido vivir intensa y plenamente, caerme y levantarme las veces que sean necesarias, dejar que el sol guíe mis pasos y la luna proteja mis anhelos. ¡Qué más da si te gusta lo que hago!
Dejaré un desorden a mi paso, como el huracán en el que me he convertido, mis sueños no son sueños son pequeños, pasos que van a ese rumbo incorrecto, al que muchos temen desde sus balsas grises; por favor no te atravieses, no quieras frenar mi destino, no estoy dispuesta a perder una vez más el timón de mi barco, no me interesa escuchar a quienes hablan de lo correcto y ven el pasar de la vida con un pobre corazón oxidado, confundido y acostumbrado.
Nunca más haré lo correcto, sólo será lo que necesite mi alma para florecer, para ser libre y crecer y si necesito caerme lo haré con gusto, con ese gusto que pocos tienen cuando duele, porque no comprenden que ese golpe transforma.
Y cuando entiendas que mi mar está en paz aun en tempestad por pagar el precio de ser libre, jamás te atreverás a decirme que haga lo correcto.

Hoy me permitiré tocar el fondo de la insensatez para luego despertar en la conciencia más profunda, una conciencia legítima y honesta; no voy a vivir a medias por darle gusto a nadie y mucho menos por cubrir las apariencias que tanto me desgastan, dejaré que mis brazos se extiendan como alas y mi vuelo sea tan alto que me perderás de vista, ya no buscaré que me aceptes no me interesa, seré libre de cadenas y jugaré entre las olas de la vida, crearé mi propio mar en el cual navegaré hasta llegar al otro lado de mí misma, a ese que no conozco y que no he podido descubrir por hacer lo correcto.
Estoy decidida a conocerme y a enamorarme de algún pirata que invada mi océano con la firme convicción de que nada es para siempre; no intentes detenerme, estoy llena de furia, impaciencia y coraje por llegar a mí.